1ª parte
Se siente acorralado. Se observa en el espejo que he colocado frente a él, y bendigo el día en que accedí a probarte. Tú, guapísimo, eras mi esclavo. Besando mis pies con delicadeza , buscaba solamente mis gemidos de placer. Tu cuerpo estaba enteramente a mi servicio, ni siquiera te atrevías a mirarme con tus ojos de color verde si yo no te lo ordenaba.