-A partir de hoy serás solo mía pero te quiero jovial, no como señora y desde ya no quiero que toques a mi hija, el sexo solo lo tendrás conmigo y antes que nada ahora te arreglarás para mi y vendrás a mi casa a atenderme y después irás a la de mi hija. Entramos de nuevo a la casa nuestra, o bueno a la de “mi mujer” y sin decir nada más en el salón me tira al sillón y él se desnuda frente mi, es increíble que ese hombre de más de 60 de edad tuviera un cuerpo tan varonil y bien conservado, musculoso, su pene brillaba de forma muy especial y ya estaba erecto, él me cogió de la cabeza y me metió todos sus 19 cm, no pude chupársela ya que literalmente me cogió por la boca! Fue muy brusco conmigo pero su palabras de -putita hermosa, sabes darme placer, te quiero como mi hembra, aprende a comértela- simplemente me enloquecieron.
Así me tuvo por 20 min hasta que se pone detrás mío y me arranca el vestido y empieza a manosearme por todas partes, era increíble que estaba excitándose mucho como nadie, ¡y era mi suegro!
De repente me puso en la boca un freno de caballo, me tira la suelo en 4 patas hace a un lado mi media y empieza a penetrarme brutalmente tirando del freno con vigor, yo empecé a gritar hasta que con un fuete me golpeó las nalgas-¡Cállate hembra!- me encantaba que me llamase así! tras algunos azotes más, empecé a gemir, yo estaba gimiendo de placer por el sexo de mi suegro y él me empieza a decir -Ah eso es mejor, eres una yegua hermosa y tus tetas están grandes para criar, desde hoy serás mi mujer y nada más, follarás solo conmigo y con quien te ordene, por cierto de mi hija no te preocupes ella ya tiene quien le de polla, ese si es hombre y un buen amigo de la familia, pronto lo conocerás seguro te pedirán que les limpies su casa-, en ese momento me di cuenta que no sentía celos por mi mujer, sino me sentía bien por ella ya que ahora sé lo bonito que es tener un hombre de verdad al lado de una.
En ese momento mi suegro llega al orgasmo con una explosión enorme de semen, semen que entró en mi interior declarando su mujer. Al poco rato de eso, después de que se tomó el café que le preparé empezó de nuevo a manosearme y nuevamente al estar erecto después de mamar su polla, ahora sí, estuve como media hora.
-¿Sabes qué? me dijo-nunca me gustó estar con mi mujer, date la vuelta que te voy a penetrar zorrita. Yo le dije, si por favor! contigo siento placer porque eres mi macho, estuvimos follando como dos desesperados grgrgrgr que bueno por dios!!
Os diré que con el tiempo perdí a mi mujer, pero gané a un hombre (mi suegro) con el que de vez en cuando follábamos a escondidas, me encantaba vestirme de mujer para él.
¡Buen cambio, ¿no os parece? Hasta la próxima!