-Melody, eres más guapa que en mi imaginación, que como te veo cuando leo tus historias, eres maravillosa, tu cabello sobre tus hombros es precioso, tus labios...estás muy linda.
Yo me había vestido muy guapa y provocativa, llevaba una camiseta apretada blanca muy corta, dejaba mi ombligo fuera... minifalda negra que enseñaba mis muslos enteros, a punto de dejar a la vista mis braguitas, también llevaba zapatillas blancas deportivas.
Nos dimos dos besos y ella cerró la puerta. Me abrazó, después de tanto hablar a través de una pantalla, por correo electrónico...me conmovió la situación...nuestras bocas se buscaron, las lenguas se entrelazaron, su lengua entraba y salía de mi boca, como penetrándola.
Estábamos abrazadas, yo la agarraba por el cuello y ella me cogía por la cintura, nos apretábamos juntando nuestras tetas, fundiéndonos juntas.
Comencé a besarle el cuello y podía sentir como a ella le cambiaba su respiración, entonces desabroché su vestido mientras ella trataba de hacer lo mismo con mi falda.
Cayó al suelo el vestido y ella se acerco a mi, pude sentir su cuerpo, caliente y suave. Continuaba dándole besos, acariciaba su piel, le quitaba el sujetador para poder disfrutar de sus pechos.
Los cogía ,los palpaba, le chupaba los pezones, duros de la excitación..
Ella me miraba, miraba mis tetas, ella también quería....estaba ansiosa por chupármelos, apretarlos...lo veía en su cara...
No la hice sufrir...me desnudé, ella me miraba...me cogió la mano y me empujó a el sofá.
Me lamía las tetas, me succionaba los pezones con sus labios , me miró y susurró.
-Tus pezones si me los imaginaba así, y tus aureolas …, Yo me retorcía de gusto.
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2ª parte | Mundo lésbico
Eva continuó bajando, pasando por mi ombligo, hasta llegar a mi pelvis, podía ver en sus ojos que ella estaba disfrutando, estaba loca por chupar mi delicioso coño, de percibir mis olores.
Me separó las piernas y me contemplaba, empezó a acariciarme el coño.
Ella tocaba mis labios vaginales, gorditos y carnosos, donde ponía su boca mientras sus dedos los separaba suavemente, a la vez me metía un dedo para tocar mis jugos, para saborearlos...se metió el dedo en la boca con mis fluidos mientras me miraba.
Yo buscaba su cuello con mis manos y arqueaba la espalda, levantando y buscando su lengua con mi coño, ya no aguantaba más..
Muy despacio, empezó a devorar mi coñito, me pasaba la lengua de arriba a abajo …abajo arriba..; la ponía dura y me la metía, me follaba con su lengua. Yo le agarraba la cabeza, la empujaba hacia mi,. quería mas.
Eva buscaba mi clítoris, lo sacaba y lo lamía , me lo chupaba....
Yo arqueada, cada vez más y más, ya no podía controlar mi cuerpo, el orgasmo era inevitable.
Era su turno, yo comencé a pasar mi mano sobre sus labios vaginales, ella sudaba sudaba y se estremecía. Mis manos suaves y hábiles, sabían dónde tocar, dónde podía hacerla sentir.... tenía el clítoris a punto de estallar yo le metía los dedos, entraban y salían lubricando su coño, mientras mi lengua se abría paso para lamerle en círculos su clítoris. Yo le tocaba las tetas mientras su cabeza se retorcía en la almohada del placer. Eva se corrió dos veces seguidas, aunque pareció una vez interminable...
-Melody, no recuerdo haberme corrido tanto tiempo, ha sido espectacular.
Estuvimos en la cama charlando un rato y nos fuimos a duchar, volvimos refrescada y nos pusimos a jugar, un 69, despacio, chupándonos el culo ,lamiendo nos el coño sin ninguna prisa....hasta que empezamos a hacer una tijera maravillosa, frotábamos nuestros coños...
Estuvimos en ese plan todo el puente, el lunes me marché a casa.
Ya el martes de vuelta a la universidad, ...
cuando nos vimos en clase me puse muy cachonda.. nos mirábamos con picardía.... buscábamos los momentos para besarnos a escondidas y de vez en cuando quedábamos para follarnos en su piso.
En la vida podía haber imaginado que la Eva del chat, con la que tanto había chateado, era en realidad Vanessa, una compañera de clase con la que apenas había cruzado ninguna palabra, pero que estaba muy rica.
Ella tampoco podía imaginar que yo era Melody, la autora de las historias que a ella le ponían cachonda, con la que había fantaseado y que ahora ya había probado.