Todo comenzó una tarde lluviosa cuando me disponía a ir a casa de mi amiga Elsa. No sé por qué ese día me encontraba llorosa y triste, de eso días que necesitas el consuelo de alguien. Llegué a casa de mi amiga pero cuál fue mi sorpresa cuando me abrió su madre, cubierta únicamente con una toalla de baño alrededor de su cuerpo. Me sonrió diciéndome que mi amiga Elsa había salido con su padre y que no volvería hasta la noche. Me vio triste y me dijo que no me quedase en la puerta y que pasara dentro.
Me encontraba muy nerviosa y lo único que pedía es que alguien me acurrucara entre sus brazos.
Me preguntó que me había pasado y le dije que sin motivo ni explicación alguna mi novio me había dejado. Nancy ,que así se llamaba la madre de mi amiga, me preguntó que si podía estar embaraza...le dije que nunca habíamos tenido relaciones, que era imposible. Nancy me cogió la barbilla y levantándome la cara y a la vez mirándome a los ojos me dijo:
-Menos mal que ese imbécil terminó contigo.
Su otra mano me secó las lágrimas y continuó diciéndome:
-...a ver ...quiero ver esa bonita sonrisa.
Nancy, sin retirar sus manos de mi cara lentamente acercó sus labios a los míos y cuando me vine a dar cuenta las dos nos estábamos besando intensamente. Yo por mi parte también empecé a abrazarla y besarla, le quité la toalla que cubría su cuerpo quedando desnuda completamente. Su cuerpo me dejó sorprendida, no parecía que fuese la madre de mi amiga, sus senos eran firmes y formados. Seguimos besándonos intensamente, sus manos tocaban todo mi cuerpo mientras que las mías recorrían el suyo.