Una vez que terminamos, nos fuimos a la sala de estar, y fue ella que me pidió, que me pusiera los conjuntos para ver con más calma como ve veía con ellos. Empecé a cambiarme, no lo hice delante de ella. No había llegado a ponerme el conjunto completo cuando ella se acercó a mi y me abrazó diciéndome lo buena que estaba y lo excitada que estaba ella. Para mi fue algo rara la situación porque yo nunca había estado con ninguna mujer. Empezó a acariciarme los pechos, mientras se iba quitando su blusa, me estaba poniendo a mil. Sus pezones eran oscuros y y muy duros, tenía una grandes tetas, no mucha cintura y su coño muy peludo. Tengo que decir que con 48 años no estaba nada mal.
Se acercó a mi, empezó a chuparme las tetas, bajó por mi vientre, me quitó la braga y me miró mi coño que también lo llevo algo peludo. Se arrodilló y comenzó a chupar mi sexo que ya lo tenia muy húmedo, me penetraba con su lengua mientras yo apretaba su cabeza contra mi coñito ardiente. Nos tiramos sobre el sofá yo encima de ella abrió las piernas y nuestros coños ardiendo muy mojados. Nos besábamos y yo le chupaba sus ricos pezones, luego me puso boca arriba, levanto mis piernas y me comió el coño y el ano mientras con el brazo estirado me pellizcaba los pezones. Me estaba muriendo de placer.
Fue así como hizo que me corriera dos veces, se bebió todos mis juguitos y me dio un gran beso y pude saborear mis propios fluidos. Luego ella se sentó en mi cara y ahí pude chuparle yo su coño peludo...se corrió en mi boca.
Seguro que repetiremos más veces, porque para las dos la hora del té fue inolvidable.