No se cuantos años llevaba tomando hormonas, pero muchos...mi cuerpo había cambiado una barbaridad. Tengo 29 años y llevo 9 tras vistiéndome, mido 1,57 mi cuerpo parece que se está volviendo más esbelto, más bonito y fino. Cuando me pongo los tacones mi culo toma mejor forma. Cuando me visto con mi mejor ropa femenina veo a la mas perra, me excita tanto que comienzo a meterme el consolador sintiendo que me follan con fuerza.
Llegué de mi trabajo y como todos los días comencé a transformarme, me saqué la ropa que uso siempre grande y la gorra, me solté el cabello que me llega mas abajo de los hombros, me duché y me hice un enjuague anal por si surgía sexo, soutien negro, microtanga negra, mi pene pasa desapercibido totalmente, un collar negro ajustado al cuello, zapatos de tacón de aguja negros y solo un saco corto de vestir entallado, abajo solo lencería, una secretaria putita con medio culo a la vista. Me maquillé, miré al espejo y no podía creer lo perra que estaba, me colgué una mini cartera con cigarrillos, preservativos y un gel anal. Estaba muy excitada, no dejaba de mirarme al espejo, increíble cómo había evolucionado en estos años. Estaba decidida a todo, sin excepciones.
Me armé de valor, abrí la puerta y me asomé con dudas, 23:45 h las tenues luces de la calle me dieron algo de seguridad y salí, comencé a caminar sexy por la calle mientras mis tacones resonaban en la noche.
Iban pasando los coches cerca de mí, mientras los hombres me piropeaban, eso me hacía sentir una diosa.
Crucé una calle y habían dos muchachos que estaban hablando, eran extranjeros. Uno de ellos dijo:
-Hola muchacha linda, ¿estás sola? ¿quieres venir con nosotros a casa a tomar algo?
Sonreí, y sentí un poco de miedo.
-No, por ahora, no los conozco...
-Entonces conócenos- dijo.
Y comenzamos a charlar un rato, agradables y respetuosos, altos, musculosos, eran de Senegal, mi cabeza comenzó a pensar mil cosas excitantes, prendimos unos cigarrillos y no me di cuenta qué pasó, era todo normal.
Decidimos ir a tomar algo a la casa, estaba cerca, caminaba más segura en medio de los dos, mientras mi cabeza creaba todo tipo de historias, llegamos nos tomamos unas cervezas mientras yo caminaba como curioseando la casa mientras sentía como miraba mi culo y mis piernas, el abrigo solo tapaba la mitad de mi polla, sabía que les gustaba tanto como a mí, me encanta que me miren.
Uno de ellos se levantó y me rodeó con sus brazos por detrás. Por primera vez sentía esa sensación, solo pensaba en su polla dura y que me penetrara. Moví mi pene en círculos y él sacó su polla dura, la apoyó entre mis nalgas y estaba caliente, se notaba grande y largo.
Me di vuelta y vi lo que tenía era impresionante, comencé a chuparlo y no entraba en mi boca. El otro se acercó y me sacó el abrigo, corrió mi tanga y comenzó a lamer mi agujero, vio mi pequeño paquete pero no le afectó, en un momento mientras me deleitaba con semejante polla en la boca, apoyó en mi agujero la cabeza de su pene, me estremecí, me di vuelta y le dije que tenía gel en mi cartera y preservativos, se levantó a buscarlos y vi el pedazo de verga que portaba, eran unos animalitos los dos...