Yo estaba sintiendo cosas muy extrañas los últimos tiempos que me impedían pensar en otra cosa.
Cada vez que me cruzaba con algún hombre atractivo, se me pasaban por la cabeza cosas impresionantes, fantasías y más cosas.
Yo tenia 19 años, soy delgado, con el cuerpo fibroso pero con aspecto delicado y un poco femenino diría yo.
Disfruto mucho viendo a las mujeres con sus ropas y complementos, se ven preciosas, a mi me gusta dejar mi mente volar y me veo como una de ellas...todo esto ha vuelto mi carácter más retraído, más tímido..no puedo quitarme eso de la cabeza...hay algo por encima mis que me está haciendo desear a los hombres con una fuerza increíble.
Está situación no es fácil de gestionar, tengo que disimular e intentar satisfacer mis propios sentimientos...una movida.
Sonó el timbre del fin de la clase, yo me quedé sentado mientras que los demás ya salían.
Don Pedro era el maestro, daba clases de anatomía, él es un hombre joven, alrededor de 40 años. Tiene un estilo que gusta, es un hombre resultón y atractivo, viste de manera desenfadada, pero con mucho estilo.
Se acercó y se sentó en una silla junto a mi .
–"Stephan llevo un tiempo observándote y te veo como distraído, un poco ido...estas bien, tienes algún problema??"
Lo miré a los ojos, noté que los míos empezaban a humedecerse, hice un esfuerzo por el evitar que salieran lágrimas.
–"No, no tengo ningún problema "contesté.
El profesor no se dio por vencido e insistió
"quiero que sepas que puedes contar conmigo para cualquier cosa..." .
Le di las gracias y le dije que lo tendría en cuenta.
Él continuó con la conversación:
"También tengo que decirte que tus notas están dejando mucho que desear, creo que deberías hacer algunas horas extraescolares para poder ponerte al día., Estás dispuesto a dejarte ayudar?"
Acepté, y después de una conversación para poder cuadrar cuando nos venía mejor, decidimos que iría a verlo los martes y jueves después de clase.
Llegó el martes y como habíamos quedado, fui a su apartamento, me recibió muy bien, tomamos unas pastas con café y estuvimos hablando un rato, pero más que nada estuvimos centrados en como íbamos a organizar el resto de clases, fue una toma de contacto. La verdad es me sentí muy bien.